Sostenibilidad: de la definición a una adecuada escala de gestión
En la entrevista entre Arantza Aldezabal y Ana Galarraga se subrayó que no todos los gases de efecto invernadero pueden meterse en el mismo saco.
Por un lado, el CO2 procedente de combustibles fósiles, es decir, carbón y petróleo, tiene un ciclo que puede durar cientos de años como CO2 y se acumula en la atmósfera. Por otro lado, existe el carbono biogénico, es decir, el metano. El metano tiene otro ciclo de vida mucho más ligero. Dura unos 10 años como metano en la atmósfera, luego se transforma en CO2, que es captado por las plantas mediante fotosíntesis y que vuelve a entrar en el ciclo. Además del dióxido de carbono, hay que tener en cuenta el óxido nitroso. El óxido nitroso cuesta 265 veces más que el CO2, por lo que es un gas que debería minimizarse en la medida de lo posible, para lo que se están realizando numerosas investigaciones.
¿Cómo afecta todo esto al sector primario? Tal y como comentó Aldezabal, la producción y la productividad siguen siendo lo que realmente se fomenta en las decisiones y en la distribución monetaria. ¿Qué significa eso? Según Aldezabal, la agricultura intensiva se mantendrá, aunque está claro que es contaminante y que es un sistema que genera pérdida de biodiversidad. La ganadería extensiva, por su parte, es menos productiva, pero ofrece otros beneficios como un mantenimiento del paisaje y el mantenimiento o aumento de la biodiversidad. En este contexto, también hay que tener en cuenta la calidad. Hay datos y publicaciones que demuestran que la leche y los quesos que surgen de las reses que pastan libremente en el monte son realmente más saludables. Se deben utilizar indicadores medibles que muestren el cumplimiento efectivo de los objetivos definidos o establecidos en este ámbito. Esto supondría un gran paso y, sin duda, para Aldezabal supondría un nuevo modelo de agricultura. Nos estamos dando cuenta de que el camino del productor al consumidor es el correcto y todos lo buscamos cada vez más.