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Retos y oportunidades para las ciudades del norte y sur global ante la emergencia climática

Las investigadoras Marta Olazabal y Marcelle Mardon participaron en el evento público Las ciudades ante el cambio climático organizado por Donostia Sustainability Forum. En el diálogo, las expertas compartieron algunos de los principales retos de las ciudades en un contexto de cambio climático y procesos de urbanización crecientes. Además, destacaron algunas de las oportunidades que representan las políticas de descarbonización y adaptación a los impactos climáticos en ciudades.

La investigadora Marta Olazabal estudia el progreso en materia de acción climática en las ciudades desde una perspectiva interdisciplinar. Olazabal lidera el Grupo de Investigación en Adaptación en el centro de investigación sobre cambio climático BC3. Tiene formación en ingeniería ambiental, un doctorado en economía del territorio y casi 20 años de experiencia en sostenibilidad urbana y gobernanza climática.

Por su parte, Marcelle Mardon es arquitecta e investigadora en materia de desarrollo urbano sostenible liderado por las comunidades en el think tank IIED de Londres. Durante los últimos 12 años se ha centrado en el estudio de los asentamientos informales de las ciudades del sur global, centrándose en las infraestructuras urbanas, la vivienda, la salud y la mejora de los medios de subsistencia.

El avance de la política climática en las ciudades

Marta Olazabal dio inicio al evento que tuvo lugar en el Palacio Miramar de Donostia-San Sebastián, compartiendo algunos datos importantes: la mitad de la población mundial vive en ciudades, y esta proporción crece hasta el 80% en Europa. Olazabal destacó que actualmente las ciudades ocupan tan sólo el 3% del territorio, pero en ellas se consume el 60% de la energía y generan el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Este consumo, además, no se distribuye de forma homogénea, sino que la mayor parte se da en los países industrializados. Sin embargo, el crecimiento de los procesos de urbanización en su mayoría se está dando en los países del sur global, fundamentalmente el África subshariana y el sureste asiático, por lo que se espera que los consumos en estas zonas también aumenten.

En relación con los impactos del cambio climático, Olazabal indicó que anualmente se estima que ocurren más de 5 millones de muertes adicionales debido a temperaturas anormales. Aunque la mayoría de ellas están relacionadas con el frío y suceden en países del sur global, el exceso de temperaturas es uno de los principales impactos del cambio climático. “Sólo en España, en 2022, hubo más de 11.000 fallecimientos adicionales debido a las olas de calor que vivimos en aquel verano”, señaló Olazabal. A esto hay que sumarle los impactos asociados con la contaminación del aire en las ciudades, que también en 2022 generó 25.000 muertes prematuras. Pero en este contexto, miles de ciudades en el mundo se están preparando para hacer frente a los impactos del cambio climático y reducir sus emisiones. “La acción se concentra en ciudades del norte global. En Europa hay 10.000 ciudades, que concentran 280 millones de personas, que están actuando”, subrayó la investigadora. En comparación, continuó Olazabal, “en África subsahariana sólo hay 360 ciudades que están planificando para hacer frente al cambio climático, pero éstas representan 160 millones de personas”. Las ciudades pequeñas, por su parte, también están empezando a actuar, aunque se encuentran con dificultades en relación a la capacidad técnica y la atracción de la financiación necesaria para implementar la planificación climática.

En cuanto al progreso de la planificación en ciudades de Europa, Olazabal señaló que se observa un avance mucho mayor en países como Francia donde es obligatorio que los municipios cuenten con planes de mitigación y adaptación al cambio climático. Además, la investigadora considera imprescindible abordar la mitigación y la adaptación conjuntamente para aprovechar sinergias y destacó que los ámbitos con un potencial mayor son la renovación del espacio público, fomentar el transporte público y una movilidad más activa, mejorar las infraestructuras e introducir espacios verdes, además de impulsar cambios de comportamiento.

Olazabal concluyó su presentación recordando que las ciudades, no obstante, deben hacer frente a multitud de retos además del cambio climático, que deben tenerse también en cuenta y compartió algunos de los puntos fuertes y áreas de mejora identificadas en la planificación climática.

Cambio climático y urbanización en el sur global: ¿peligrosa combinación?

La investigadora Marcelle Mardon comenzó explicando que su trabajo se centra en el urbanismo desde la perspectiva de la informalidad. Mardon empezaba su exposición planteando la pregunta de si los procesos de urbanización, que en principio se perciben como una solución a muchos problemas a los que tenemos que responder en un contexto de cambio climático, pueden convertirse también en una combinación peligrosa, haciendo referencia a la situación que se vive en los asentamientos informales en los que vive cerca del 60% de la población de África. “Los asentamientos informales son zonas con poca infraestructura, donde cosas básicas el acceso a agua potable, carreteras, saneamiento o casas decentes, no existe” explicaba Mardon y nos recordaba que 1 de cada 8 personas en el mundo vive en estas condiciones lo que supone un gran reto global.

Con relación al cambio climático, Mardon señalaba que en estas zonas es donde el cambio climático está ya muy presente. “Todos los años la gente tiene que prepararse para hacer frente a inundaciones, olas de calor de casi 50ºC en algunas ciudades. Esta es la normalidad. Está afectando a su salud y su forma de vivir”, indicaba. Pero también quiso señalar aspectos positivos. Por ejemplo, en el marco del ODS 11, sobre todo, se han puesto en marcha campañas para “no dejar a nadie atrás” en las que se incluyen a las personas viviendo con este tipo de vulnerabilidad. La Nueva Agenda Urbana de la ONU aborda la importancia del medio ambiente, de resiliencia ante el cambio climático y catástrofes naturales, de inclusividad, donde centra sobre todo su trabajo Mardon, sin olvidar las economías informales.

En este contexto, Mardon plantea una línea de trabajo que se denomina resiliencia disruptiva y es que en 2030 se espera que haya un 60% más de superficie urbana. África genera únicamente el 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero, por tanto, cabe preguntarse porqué estas comunidades deben hacer frente a este reto. Para Mardon el motivo es evidente, y es que estas comunidades están en la primera fila antes los impactos del cambio climático. En cualquier caso, las comunidades en estas zonas están ya contribuyendo a hacer frente al cambio climático, y otros problemas ambientales como el reciclaje de plástico y cartón. Así, resulta clave hablar de justicia climática urbana, conectando justicia social y descarbonización. Por último, Mardon subrayó que no se debe olvidar que, además de todo lo anterior, muchas de estas ciudades están acogiendo a comunidades desplazadas por el cambio climático. Estas personas llegan y se establecen en asentamientos informales, pero tienen aún menos derechos.

 

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