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“La prevención es clave para afrontar crisis emocionales en las escuelas”, afirma Patxi Izaguirre

El psicólogo clínico destaca la importancia de la prevención y el apoyo emocional temprano para evitar el desarrollo de estrés postraumático y otras complicaciones en entornos educativos

El pasado 2 de julio, Patxi Izaguirre, psicólogo clínico y especialista en prevención, ofreció una ponencia en el Palacio de Miramar en Donostia-San Sebastián.  Izaguirre compartió estrategias clave para abordar la prevención en el ámbito escolar, destacando la importancia de fomentar entornos de aprendizaje saludables y positivos.

¿Por qué es importante contar con el apoyo de la comunidad educativa ante una situación traumática?

Contar con el apoyo de la comunidad educativa es importante porque de esta manera no nos sentimos solos. Cuando hay trauma, en tiempos de crisis, estamos muy perdidos, solos y de forma confusional, es decir, desorientados. Por ello, la presencia de comunidades suele ser de gran ayuda. Muchas veces en este estado de shock uno piensa que se está volviendo loco porque no sabe lo que ha pasado. No se cree lo que pasa y se mete en una especie de bucle.

¿Cómo es el inicio de un proceso traumático? En la ponencia comentaste que el tiempo es especialmente importante y que la intervención debería comenzar en las tres primeras semanas, ¿por qué?

Sí, en la ponencia mencioné la importancia del ajuste traumático. La noticia llega, y puede llegar no solo después de la muerte, sino también cuando nos dicen de antemano los resultados de una biopsia de un cáncer metastásico que no tiene cura, y cuando eso ocurre entramos en una situación paliativa.

 Lo que pasa en el cerebro, técnicamente se llama disociación: la disociación es cuando, por un lado, está la mente y, por otro lado, están las emociones, y en el medio el cuerpo está paralizado o en hiperactividad. Por eso es muy importante al principio hacer algún tipo de conexión entre lo que pensamos y lo que sentimos. Si no se crea eso, si no ayudamos en eso, puede surgir el estrés postraumático o el desarrollo de la disociación. Por un lado, la mente y, por otro lado, la emoción.

La primera cicatrización o sanación se crea en una falta de armonía, y luego es mucho más difícil porque tenemos que abrirlo de nuevo para sanarlo adecuadamente. A menudo, cuando no se hace un buen ajuste traumático, al principio puede ocurrir una racionalización, un duelo muy racional, o una somatización, el cuerpo reacciona con un trauma complicado que luego tenemos que abrir para trabajarlo.

¿Qué consecuencias puede tener en el futuro la falta de intervención de la comunidad educativa ante un trauma?

Al principio, la intervención de la comunidad educativa es útil en ese sentido, participar en esos rituales es señal de que estamos aquí. Cuando una persona se siente abatida durante el proceso de duelo, se encierra en sí misma, construyendo una especie de caparazón interior, lo que le dificulta pedir o recibir ayuda, permaneciendo bastante aislada.

 Si desde el principio no hay una comunidad presente o la persona no se atreve a estar en comunidad, el riesgo es que se sienta incomprendida o excluida, y en esa soledad se convierte en “outsider”. A menudo, durante el duelo, al principio, le cuesta estar con gente, no quiere encontrarse con conocidos y se queda en casa, y si no hay ese apoyo al principio, esto puede quedarse así a largo plazo.

Muchas veces, aunque en estos casos tenemos recursos y conocimientos para ayudar a alguien, nos vemos bloqueados por el shock, ¿Cómo podríamos darle la vuelta a esta situación?

Hay dos voces, tu voz y la mía. En estos casos, vamos a realizar la intervención desde el corazón. En la crisis, me parece que cada vez hay más recursos en la educación o en las escuelas, pero didácticamente, no tanto en la crisis. En la ponencia puse un ejemplo que era el caso de los bomberos.  En este caso, hay extintores, mascarillas, mangueras… pero, en ese momento crítico, a pesar de tener herramientas para saber qué hacer, en esos momentos dentro de las clases los profesores están también en un proceso de duelo y se sienten abrumados.

¿Hoy por hoy, ante una muerte, las comunidades educativas tiene suficientes herramientas para responder adecuadamente?

Las cosas han cambiado para bien, al menos yo estoy contento. Cada vez hay más material y sensibilidad, además, cada vez hay más gente que participa en este tipo de cursos. Cuando hay crisis desde la parte intervencionista, hay más material o protocolo, pero los profesores se sienten solos a la hora de aplicar esos protocolos, yo haría esa distinción. En estos últimos 20 años didácticamente ha habido grandes avances, pero desde el lado crítico, a pesar de que haya material y protocolos, estos están en la mano de los profesores y ellos sienten miedo al aplicarlo y lo hacen como pueden.