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“La educación STEAM no es una revolución, es una evolución”, afirma Jenaro Guisasola

El investigador de la Universidad del País Vasco subraya la necesidad de proporcionar recursos prácticos al profesorado para implementar proyectos STEAM en el aula

En una ponencia celebrada en el Palacio Miramar de San Sebastián, Jenaro Guisasola, reconocido profesor e investigador de la Universidad del País Vasco, enfatizó la relevancia de la educación STEAM en la sociedad actual. Guisasola, quien también es investigador invitado en el Instituto de Máquina y Herramienta, abordó la importancia de dotar al profesorado con herramientas y recursos concretos para llevar a cabo proyectos STEAM que promuevan el pensamiento crítico y la colaboración interdisciplinar entre el alumnado.

 ¿En qué consiste el proyecto STEAM? 

La educación STEAM o los proyectos STEAM, responde, en primer lugar, a una necesidad de la sociedad actual, donde se plantean problemas científico-tecnológicos de forma global, es decir, que exigen colaboración entre diferentes disciplinas, con trabajo en equipo. Los proyectos STEAM quieren responder a esa necesidad y lo quieren hacer con una estrategia educativa en la que se prioricen las prácticas científico-tecnológicas junto con los contenidos y trabajo en equipo y la co-creación. 

¿Qué ventajas puede suponer para el alumnado que se implementen este tipo de proyectos?

En principio, los problemas que las y los alumnos van a afrontar en la sociedad son problemas holísticos, problemas globales. Es interesante que ellas y ellos vean que los problemas no son solo de una asignatura en exclusiva, que no tienen un conocimiento en compartimentos, dependiendo de la asignatura que sea, sino que hay muchos problemas que se pueden tratar de forma global, y que, además, ese tratamiento exige que utilicen una serie de prácticas científicas y que utilicen el pensamiento crítico.

Los prepara para ese tipo de sociedad, donde van a tener que afrontar multitud de información, pero lo tienen luego que racionalizar de forma crítica.  De hecho, se dice que actualmente vivimos en la era de la posverdad, en el sentido de que hay tanta información mezclada con bulos que es necesario que la ciudadanía sepa distinguir, y en este caso, en el área científico-técnica, tenga un pensamiento crítico en el que los argumentos que se exponen estén seguidos de pruebas, que no estén seguidos de mitos o de bulos, y que pueda discriminar entre ellos. La educación STEAM pretende educar mediante argumentar, mediante un pensamiento que critique aquello que se ve a simple vista y vea más allá de ello.

 ¿Cuáles son los criterios de evaluación, tanto individual como grupal?

Eso ya supondría, en primer lugar, que trabajaran en grupo. Normalmente, en la enseñanza estándar, cada uno trabaja en su mesa y de forma individual hace las actividades, luego el profesor explica y luego le hacen un examen. Pero en el caso en que trabajaran en grupo y se evaluaran criterios, estos son los que están en el currículum, no son especiales de STEAM, una parte de esos criterios que están en el currículum están integrados en el proyecto.

La educación STEAM no inventa nada, está inventado, lo que hace es adaptarlo, quizás, con problemas que tengan mayor interés para las y los estudiantes, que sean más globales y que, por lo tanto, tengan que pensar y que tengan que buscar soluciones que van más allá de una sola disciplina. Eso les ayuda luego a comportarse en la sociedad, pero la evaluación de los criterios está fijada por el currículum. 

Esos criterios también van a depender de las modalidades en que se trabaja, puede trabajarse en grupo, pero no siempre, por lo que habrá que ver qué tipos o técnicas de evaluación se utilizan para grupos, y cuales, para proyectos individuales, pero eso entra dentro de las técnicas de evaluación también normales que se utilizan en la enseñanza.  Es decir, no es que la educación STEAM sea una revolución, yo creo que es una evolución.

Estamos en una evolución de una sociedad que hace 20-30 años era muy diferente de la nuestra, en estos momentos estamos en una sociedad absolutamente digital, Lo que pretendemos es evolucionar y adaptarnos con nuevos objetivos más globales y con nuevos indicadores de evaluación en el currículum, que evidentemente no responden a los indicadores de evaluación que existían hace 30 años.

Hace 30 años podía ser que un indicador de evaluación fuera saberse de memoria la tabla periódica en química, hoy en día la tabla periódica la tenemos tocando un botón, no la necesito recordar. Lo que necesito es, saber por qué y cómo se construyó esa tabla periódica y si me venden en una web una tabla periódica diferente, como bulo, saber distinguir una cosa de la otra. 

A lo largo del curso se ha mencionado, fundamentalmente, una falta de formación aplicada al aula, no de formación de las grandes ideas de la educación, nadie discute hoy en día que se tienen que tratar cuestiones de género, de sostenibilidad, de equidad, es decir, los grandes principios están aceptados por la gran mayoría del profesorado. El problema con que se encuentra el profesorado es qué herramientas se le da para esos grandes principios y los grandes principios del STEAM, de hacer proyectos de varias disciplinas, y que hagan que las y los estudiantes practiquen las habilidades científicas, que practiquen el pensamiento crítico, esos son los grandes principios.  Pero luego, cuando bajamos al aula, que es lo que nosotras y nosotros hemos intentado hacer en este curso, qué técnicas, qué materiales hay y cómo se lo enseñamos a las y los profesores para que lo entiendan y lo puedan aplicar.

Queremos que, en ese nivel, en el nivel concreto del aula, falta formación e invertir dinero en una línea que sea de STEAM y que proporcione no solamente formas de enseñar concretas, con materiales concretos, sino también de evaluar concretos.  Creemos que ese nivel es el que menos favorecido está en estos momentos en el sistema educativo. 

¿Qué le dirías a todas aquellas personas que no creen en este proyecto y que piensan que es una pérdida de tiempo?

Creo que hay un poco de todo, yo soy partidario de que se discrepe críticamente, Lo primero que le diría a alguien es que viera los argumentos que acabamos de decir para hacer una educación STEAM, que intentara comprenderlos y discutirlos, con sus propios compañeros, y después que fuera libre para intentar formarse o no. No estamos haciendo una revolución, de eso no se trata, estamos avanzando en una serie de indicadores que ya están en la ley, los indicadores de evaluación están en la ley, es ley, estamos avanzando en procurar que eso lo llevemos al aula.

En el sentido que también hay mucho miedo, que dicen: “yo si les pongo a trabajar en grupo, a lo mejor solamente hablan de fútbol". Hay técnicas ya muy probadas, que discriminan cuando se trabaja en grupo, es decir, no estamos descubriendo la rueda, la rueda existe, lo único que nos tenemos que informar.  Tenemos que vencer el miedo, y evolucionar, y lo famoso de la mejora continua, es decir, quizá en la industria o en una fábrica no tienen más remedio, porque si no, no vendes. Pero es que en la educación tenemos un mandato ético igual de fuerte, en el sentido de que, si no educo bien a una sociedad, ¿cómo va a votar en los problemas científico-técnicos? Si, por ejemplo, tenemos una sociedad mayoritariamente antivacunas, ¿va a votar que se dé dinero para investigación en vacunas? Probablemente no.  ¿Qué tipo de sociedad queremos formar? Y, desgraciadamente, el profesorado estamos en primera fila.

¿Algún consejo para los profesionales de la educación?

Les diría que mucho ánimo, y que también es una profesión gratificante cuando ves realmente que las y los alumnos progresan, ves que son personas críticas, ves que han logrado la mayoría. Esto es como todo en todos los colectivos, habrá profesorado que nunca reconozca un cambio, habrá alumnado que, por mil razones pueda fracasar, pero estamos hablando de mayorías.

En ese sentido, yo lo que les diría es ánimo, informarse, pensar críticamente y agenciarse buena formación práctica del aula, que es lo que necesitamos el profesorado. No necesitamos saber grandes teorías pedagógicas. Por último, me gustaría agradecer a Cursos de Verano que nos haya dado la oportunidad de hacer este curso y de todas las facilidades y el buen trato que hemos tenido.