Exposiciones ambientales y desarrollo del cerebro: qué sabemos y próximos retos

Una mayor contaminación del aire y temperaturas extremas afectan al desarrollo del cerebro.

La creciente urbanización a nivel mundial está aumentando el número de personas expuestas a un entorno urbano que conlleva una peor calidad del aire, entornos más ruidoso, y un menor acceso a espacios naturales. En trabajos recientes hemos demostrado como la contaminación del aire y las temperaturas extremas tienen un impacto negativo en la estructura y función del cerebro en la infancia. Además, hemos observado que un mayor acceso a espacios verdes promueve un óptimo desarrollo del cerebro, al reducir en parte la exposición a ruido proveniente del tráfico rodado. Estos hallazgos plantean nuevos retos, como la identificación de los periodos más susceptibles de toxicidad para poder implementar medidas preventivas eficientes y cuáles son las alteraciones clínicas o funcionales a largo plazo.